Este libro es un diario público, libre de los tormentos internos con los que las almas atribuladas engañan al tiempo, escrito por quienes miran con cierta voracidad lo que sucede a su alrededor y, mirando, muchas veces no dan crédito a sus ojos. Un monólogo en voz alta, durante el cual el hablante incontinente también habla solo porque habla principalmente a una multitud de transeúntes. El diario público registra y comenta, día tras día, la drástica transformación del modo de producción dominante, el calendario en el que se inscriben acciones y pasiones, formas de vida, estilos de pensamiento, tras la derrota de los movimientos revolucionarios que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo pasado. El autor, que formó parte de esos movimientos, tras la derrota y a falta de algo mejor, se dedicó a la filosofía. Durante cuatro años, de 1988 a 1991, fue redactor de las páginas culturales del periódico il manifesto. Y desde allí observó la contrarrevolución capitalista. No una restauración del antiguo régimen, sino una revolución a la inversa, impetuosa y sangrienta, luego bautizada con nombres muy vagos, conten