Sacar del closet la deuda. Así inicia esta reciente publicación apoyada por la Fundación Rosa Luxemburgo, escrita por Verónica Gago y Luci Cavallero, quienes sistematizan investigaciones personales y colectivas que vienen realizando en los últimos años, dentro de la universidad pública y gratuita y en espacios de investigación militante. Con la convicción de que es urgente y necesario una lectura feminista de la cuestión financiera, el libro reúne pistas metodológicas, hipótesis políticas y narraciones de prácticas que se están problematizando al calor del movimiento feminista.
En este sentido, este material se inscribe en el horizonte del proceso organizativo de las huelgas feministas internacionales que, desde hace dos años, nos han permitido desarrollar estas discusiones situándonos en acciones concretas. Se trata de una elaboración que, como el proceso mismo del movimiento feminista actual, está abierto, en marcha.Una lectura feminista de la deuda es posible porque hemos conquistado discutir las finanzas entérminos de conflictividad y, por tanto, de autodefensa de nuestras autonomías.
Cuando decimos ¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos!, desde el feminismo, se impulsa un movimiento de politización y colectivización del problema financiero que tiene un triple vector de radicalidad: 1) le pone cuerpo y narración concreta a la abstracción financiera; 2) asocia el problema de la deuda a las violencias contra los cuerpos feminizados, que que vincula el endedudamiento de las economías domésticas ? sostenidas en su mayoría por mujeres ? con la falta de autonomía que nos expone aún más a las violencias machistas; 3) asocia las actuales formas de explotación laboral tanto a nivel de las economías llamadas formales y asalariadas como de las consideradas no asalariadas con los dispositivos financieros.
Asimismo, esta lectura de la deuda como dispositivo privilegiado de las nuevas formas de explotación y su articulación con las violencias machistas es clave en un momento donde el fascismo a nivel regional se impone y construye al movimiento feminista como enemigo interno, para producir un nuevo tipo de alianza entre capital y micropolíticas fascistas. Sin duda, uno de los logros del movimiento Ni Una Menos radican en haber convertido el problema del endeudamiento en un eje principal de la lucha feminista argentina.