Este texto es uno de los pocos no reeditados en ningún país en los últimos años, en los que se ha producido una suerte de resurrección literaria de Stefan Zweig, quien tuvo un inmenso éxito de público desde los años veinte del pasado siglo hasta su muerte en 1942, y que ahora ha pasado de algún modo a formar parte del canon literario de la Edad de Plata europea junto con otros escritores de lengua alemana que habían pertenecido al antiguo Imperio Austrohúngaro, como Arthur Schnitzler, Karl Kraus, Joseph Roth o Robert Musil. El pensamiento vivo de Tolstói formó parte de una innovadora colección, Biblioteca del Pensamiento Vivo, dirigida por el gran Guillermo de Torre para la editorial Losada. El sello Espuela de Plata, también del Grupo Renacimiento ya publicó hace tiempo otro título de esta misma colección, El pensamiento vivo de Concepción Arenal, por Clara Campoamor.
León Tolstói y Stefan Zweig, dos grandes de la literatura universal, unidos por un mismo libro.
Stefan Zweig nació en Viena, en 1881, en el seno de una familia pudiente. Ello le permitió consagrarse desde muy joven con entera libertad a las letras, satisfaciendo asimismo su otra gran pasión: los viajes. Después de dos libros de versos publicó un drama, Jeremías, cuyo estreno fue prohibido en Alemania, durante la Primera Guerra Mundial, representándose después en Zurich. Zweig se trasladó a Salzburgo y allí comenzó a especializarse en el género que había de otorgarle una tan extensa celebridad mundial: las biografías de grandes hombres. Aparecen así sus famosas trilogías: Tres maestros, Tres poetas de su vida, La lucha contra el demonio, su magistral biografía de Fouché, sus novelas Amok, Veinticuatro horas en la vida de una mujer, etcétera. Estrena con gran éxito una adaptación del Volpone de Ben Jonson. Establecido en Londres durante tres años, continuó viajando y aumentando su producción incesantemente. Después se instaló en Brasil, en Petrópolis, donde se suicidó a comienzos de 1942, causando una general consternación.
León Nikoláievich Tolstói nació en 1828. Procedía de una antigua y noble familia rusa. Fue oficial del ejército durante la guerra de Crimea. Se dio a conocer en 1852 con sus recuerdos de Infancia, seguidos bien pronto de Adolescencia y Juventud. Después de viajar por Occidente, en 1861 se retiró a sus tierras de Yásnaia Poliana donde se ocupó activamente de mejorar el estado de los campesinos. Allí continuó escribiendo fecundamente. Sus dos largas novelas Guerra y Paz y Anna Karenina le otorgaron una celebridad mundial. Murió a los 82 años, cuando era considerado el patriarca de las letras europeas y una suerte de profeta social.