En este libro se reúnen media docena de ensayos que incursionan amena y certeramente en asuntos de inmensa trascendencia no solo para la cultura en general, sino también para el siempre misterioso impulso de la creación artística y para una concepción espiritual del mundo. Todo ello en el marco histórico que le tocó vivir a Stefan Zweig, esa dramática Europa que va desde las ilusiones del 900 a la ascensión de los nazis, pasando por 1914 y la Primera Guerra Mundial y los vertiginosos años veinte, en los que siempre el inquieto Zweig se convirtió en uno de los más reconocidos autores de la Edad de Plata europea.
Cómo surge un cuadro, una pieza musical o una novela es algo tan apasionante como misterioso. Zweig trata esas fascinantes cuestiones con su extraordinaria capacidad para adentrarse en el alma humana.
Stefan Zweig nació en Viena, en 1881, en el seno de una familia pudiente. Ello le permitió consagrarse desde muy joven con entera libertad a las letras, satisfaciendo asimismo su otra gran pasión: los viajes. Después de dos libros de versos publicó un drama, Jeremías, cuyo estreno fue prohibido en Alemania, durante la Primera Guerra Mundial, representándose después en Zurich. Zweig se trasladó a Salzburgo y allí comenzó a especializarse en el género que había de otorgarle una tan extensa celebridad mundial: las biografías de grandes hombres. Aparecen así sus famosas trilogías: Tres maestros, Tres poetas: su vida y La lucha contra el demonio, su magistral biografía de Fouché, sus novelas Amok, Veinticuatro horas en la vida de una mujer, etcétera. Estrena con gran éxito una adaptación del Volpone de Ben Jonson. Establecido en Londres durante tres años, continuó viajando y aumentando su producción incesantemente. Después se instaló en Brasil, en Petrópolis, donde se suicidó a comienzos de 1942, causando una general consternación.