En una sociedad donde prima el consumismo, la muerte no goza de un debate intelectual-creativo a la altura de su presencia diaria en las noticias, las series, las películas, los videojuegos o las novelas. Escribir o crear sobre algo tan incomprensible como la muerte se convierte casi en una amenaza para dicho sistema de vida al tiempo
que somos desensibilizados por su elevada exposición. Aun así, la inquietud y el misterio que la rodean son los leitmotivs más poderosos y recurrentes en la historia del arte europeo, especialmente durante el siglo XX.
Germán Piqueras indaga sobre la experiencia de la muerte en la expresión artística. Mediante diarios personales, entrevistas y otros textos, este ensayo describe, casi a modo de relato, la vida de dieciocho artistas —Edvard Munch, Käthe Kollwitz, Oskar Kokoschka, Charlotte Salomon, Felix Nussbaum, Francis Bacon, Juan Muñoz o Marina Abramovic, entre otros— para quienes la muerte tiene un significado trascendental. Así, temas como el duelo, la destrucción, la guerra, el cuerpo, la moral y la memoria se abren paso a través de dibujos, pinturas, fotografías, esculturas y performances que nos ayudan a comprender la vida y la historia europeas del siglo XX.
«Mi percepción de la muerte me ha ayudado a escribir sobre el sentido de una época en la que desaparece la ilusión en la posibilidad de cambio y donde la idea de muerte se siente como algo definitivo, sin concesiones ni esperanza en la mayoría de los casos. La muerte como fin. Un mundo en el que se pasa de una ferviente fe a la desaparición no ya de la creencia religiosa, sino de la propia fe, en cuestión de pocas décadas». Germán Piqueras