UN TESTIMONIO INSPIRACIONAL DE JUAN JOSÉ BALLESTA, EL BOLA.«Cuando veo que estoy muy arriba, que me va a entrar el vértigo, que se me queda la cabeza como sin sangre y empiezo a temblar, me bajo. Esto es lo que he aprendido a hacer, a bajarme cuando me da el mal de altura. Y no me refiero solo a la fama, que no es más que una variable que no depende del todo de ti. Me refiero también a la ansiedad de las redes sociales, a la soledad, al miedo al fracaso..., a un montón de emociones que también te pueden dejar sin aire y como suspendido en el vacío.»
Juan José Ballesta, popularmente conocido como el Bola desde que ganó un Goya en el año 2000 con solo diez años, decidió dejar de ser actor en el momento álgido de su carrera, tras recibir la Concha de Plata en San Sebastián con diecisiete. A partir de entonces se puso a estudiar y a trabajar como marmolista para volver a conectar con la «vida mejor»: el contacto con la naturaleza, la familia, las pequeñas cosas, lo que realmente importa. Al cabo de unos años regresó a la interpretación con un pensamiento y autoestima mucho más sólidos.
Fresco, natural y sencillo, Ballesta nos ofrece en este libro un homenaje al cine y nos habla de sus rodajes y de los excesos de la fama, pero también del valor del sentido común y de esa «vida mejor», con un mensaje inspirador que conectará con todos los lectores.
«Cuando no puedes salir de casa, cuando todo el mundo te mira, cuando pierdes tu libertad y tu forma inocente de relacionarte con la gente, cuando nadie te trata con naturalidad y te envidian o te desprecian o te odian o quieren aprovecharse de ti porque has dejado de ser una persona y te has convertido en 0201C;un famoso0201D;, entonces ser famoso es una puta mierda. Así que decidí dejar el cine, porque no era feliz.»